El último partido de la fecha, donde Quilmes y River tenían la misión de cerrar un flojo Torneo Inicial 2013, se vió manchado por los mismos de siempre. Varios fanáticos del "Cervecero" saltaron el alambrado e invadieron el terreno de juego con la única misión de acercarse a los futbolistas y robarles sus pertenencias: camisetas, pantalones y botines eran sus objetivos primordiales. Al percatarse de las intenciones de los delincuentes, los integrantes de cada uno de los equipos no tuvieron más remedio que comenzar a correr y escaparse, como pudieran, hacia la zona de los vestuarios para salvar su indumentaria.
El partido fue desde el comienzo raro. La agresión a Germán Delfino, por parte de un plateísta, cuando le tira un botellazo, fue un extra mas al encuentro. De hecho, se paró dos veces mas como consecuencia del mal comportamiento del público (en primera instancia utilizaron pirotecnia dentro del estadio y más tarde se enfrentaron con los efectivos de la Policía), lo peor se dio cuando la autoridad del encuentro decretó el cierre del cotejo con el marcador 1 a 1.
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