En los últimos 20 años en la Argentina han proliferado las investigaciones realizadas desde distintas disciplinas de las ciencias sociales sobre la problemática de la “Violencia en el fútbol”. Antropólogos, comunicadores, sociólogos han indagado con diferentes miradas este fenómeno social, concentrándose principalmente en el colectivo etiquetado por la prensa y el decir popular como “barras bravas”. Estas investigaciones han analizado en torno a este tópico distintas problemáticas entre las que se destacan: la construcción de identidades en torno a la cultura del aguante, la problemática de las masculinidades, del cuerpo, las moralidades, las redes sociales, la política, los sentidos de la violencia, el rol de los medios, entre otras cuestiones. En este contexto se inscribe el libro singularizándose en este terreno al hacer un aporte extra por la vinculación de las producciones y de la labor académica con la discusión y proposición de líneas de acción y modalidades de gestión de las políticas públicas para disminuir los hechos de violencia en el fútbol. En este sentido, esta compilación realizada por Garriga Zucal es la primera que se concentra y dedica a poner en diálogo las producciones realizadas en las ciencias sociales con el análisis y la proposición de nuevos enfoques y líneas acción para las políticas de seguridad en los espectáculos deportivos.
Este libro se encuentra organizado en tres secciones, con un total de catorce trabajos de especialistas del país y del extranjero con diferentes trayectos formativos de distintas disciplinas de las ciencias sociales. Estos momentos se articulan permanentemente para comprender las múltiples aristas y actores sociales vinculados con esta problemática. A lo largo del libro, transitamos por estudios que permiten profundizar la mirada sobre las prácticas y significados en torno a la violencia de los integrantes de las denominadas “barras bravas” en la Argentina; las formas de organización de las hinchadas, los usos de la violencia, las medidas tomadas y modalidades de abordarlo por diferentes estados de América latina y Europa; presentando en su tercer apartado un análisis sobre las políticas implementadas en torno a la seguridad en los espectáculos deportivos en el ámbito local. Estas tres cuestiones trabajadas a lo largo de los capítulos y secciones permiten al público en general, académico, políticos y funcionarios tener a su disposición en este libro un excelente compendio que le permitirá superar las miradas reduccionistas mediáticas sobre la violencia en el fútbol, para crear nuevos caminos para las políticas de “seguridad” en el deporte.
Ingresando a la primera sección del libro titulada “Violencias locales: abordajes, miradas y diagnósticos” nos sumergimos en la problemática de la violencia y los hinchas de los clubes, particularmente aquellos denominados como “barras bravas” en la Argentina. Los distintos capítulos abordan diferentes casos ligados a clubes de primera y segunda división, teniendo como aporte extra y sustancial la combinación de casos del gran de Buenos Aires y del interior del país. Los autores suspenden las visiones reduccionistas de este fenómeno, en donde se liga a los “barras brava” y sus prácticas con la barbarie y la sin razón. Esto lo realizan a partir de posicionarse frente a las acciones violentas concibiéndolas como prácticas con diferentes sentidos sociales, encuadradas dentro de la cultura del aguante, resultante de condiciones estructurales. Esta premisa posibilita el análisis de las distintas moralidades en torno al uso de las armas de fuego en los “combates” entre los diferentes grupos que lideraron la “barra brava” del mismo club de fútbol e indagar en los procesos de construcción de identidades, por un lado a partir de la configuración de una narrativa que dé sentido a sus familiares y allegados la muerte de un hincha, por el otro en torno a las construcciones de género y corporalidades masculinas en las prácticas y cánticos en el estadio. Es decir que estas investigaciones dan cuenta que detrás de estas prácticas, los actores sociales ponen en juego sus identidades, moralidades y masculinidades encuadrado esto dentro de la cultura del aguante, que la prensa en muchos casos se encarga de reproducir en lugar de analizar.
La segunda sección titulada “Otras tramas, otros problemas y algunas soluciones” nos acerca a la problemática de la violencia en el fútbol y las medidas implementadas en México, Brasil, Colombia, Inglaterra, Bélgica y Francia. Este ejercicio de descentralización del caso local permite poner bajo la lupa las singularidades del suceso argentino para la planificación de políticas públicas que respondan a las particularidades de esta cuestión, ampliamente analizadas en la primera sección. El ejercicio comparativo le permiten a Segura Trejo y Murzi afirmar que “…en Argentina, una de las aristas principales del fenómeno de la violencia tiene que ver con la red de relaciones y complicidades existente entre el poder político, los clubes y las barras bravas” (2013: 291) por ello plantean más adelante que la “Argentina tiene el desafío de encontrar sus propias alternativas y esquemas” (2013: 292)[2]. Por ello, las construcciones estigmatizantes efectuadas mediáticamente en torno a la “porra plus” en México se comprende en la medida que la mayoría de los clubes son empresas y estos grupos no responden a los intereses corporativos. La experiencia en Bogotá del programa “Goles en Paz” que consistió en un proceso consensual entre hinchas e instituciones, para la conformación de los puestos de mando unificados, entendiéndose éstos como las reuniones previas a los partidos, donde se cuenta con los representantes de las “barras”, instancias oficiales y deportivas.
Asimismo, el análisis de los casos europeos nos permite ver la existencia de distintas soluciones a partir de diagnósticos críticos del fenómeno y definiciones por parte del Estado sobre la modalidad de considerar al fenómeno futbolístico y a los aficionados. Esto llevó en el caso inglés a apreciar a los espectadores como parte del fenómeno, además de las medidas conocidas de exclusión a partir de los altos costos de las entradas, se produjo el remplazo de los agentes policiales, por los llamados “stewards”, civiles capacitados para organizar grandes grupos y mediar en caso de ser necesario, sin el perfil represivo que caracteriza a los agentes. En cambio Bélgica, decidió tomar otro camino al de la estigmatización de los grupos radicales y propició medidas para su inclusión. En ese terreno aparecen los “fan coaching” que consiste en el acompañamiento social de estos grupos a partir de distintos especialistas de las ciencias sociales para la búsqueda de empleo, capacitación, creación de normas de conducta para dentro y fuera de los estadios, como afirman los autores “La manera de afrontar las tensiones pasó entonces por la creación de lazos estrechos entre aficionados y clubes más que en la ruptura de los mismos como ocurrió en Inglaterra” (2013: 279). El último caso europeo presentado es el de Francia que ha implementado medidas como la incorporación de los “stewards” pero no ha producido un programa sistemático de acompañamiento social. Volviendo a Latinoamérica la experiencia de Brasil incorpora una nueva arista para el análisis de las políticas públicas de seguridad en los espectáculos deportivos, como son las exigencias internacionales para la realización de mega eventos, donde la FIFA exige la suspensión de artículos del “estatuto del hincha” que buscan prevenir la violencia como la venta de bebidas alcohólicas en los estadios, privilegiando la dimensión mercantil del fenómeno futbolístico.
En la sección llamada “La gestión de la “Seguridad”: represión y prevención” se vuelve al caso argentino, analizando las medidas implementadas en las últimos treinta años en materia de políticas públicas. Lo primero que dejan en claro estos trabajos es el reduccionismo que se realiza desde las políticas de seguridad sobre la problemática de la violencia en el deporte, donde se focaliza en aquellos hinchas que tienen determinadas comportamientos. Asimismo estas políticas no tienen en consideración los sentidos que para los actores tienen estas prácticas, al mismo tiempo se asimila a la violencia en el fútbol como un hecho de inseguridad, es decir se busca criminalizar determinadas acciones a partir de un parámetro de legalidad, donde todos los simpatizantes asistente al estadio son observados como medio de prevención. Se trabaja sobre la idea de que los hinchas de fútbol son en esencia sujetos peligrosos que deben ser conducidos, observados y controlados ya desde antes del ingreso al estadio, para recibir luego dentro de él un monitoreo constante. Las formas de prevenir las violencias en el fútbol continúan teniendo como horizonte la identificación y catalogación de los contraventores. Estas medidas no tienen en consideración las condiciones sociales de producción y la totalidad de los actores que forman parte de este fenómeno. Es decir, ellas son medidas, que se centran en la represión ante hechos que afecten la “seguridad”. Para superar tal situación resulta oportuno reformular el problema, hablando de “ambientes de violencia”, donde estos hechos tienen múltiples factores y actores entre los que se destacan: históricos, organizativo-institucionales, políticos, jugadores, simbólicos, paradigma de seguridad, estadios, mediáticos, hinchas comunes, que son parte de la problemática y que los abordajes desde la política no han atendido a ellos. Es decir la problemática de la seguridad no es solo de un grupo de hinchas que generan hechos de violencia, por el contrario es la convivencia de dichos factores. Es decir, este enfoque de trabajo invita a los actores encargados de la planificación y ejecución de políticas de seguridad, a asumir una nueva mirada ante este problema, donde buena parte de la estructura institucional estatal forma parte de la cuestión.
A lo largo de este volumen de cuatrocientas páginas encontramos diferentes maneras de mirar y de comprender a la violencia en el fútbol, estas tienen como preocupación y deseo el contribuir a la planificación y ejecución de políticas públicas que permitan revertir la situación actual de respuestas del Estado ante un hecho en particular, pero sin atender las múltiples aristas que este problema tiene. Al mismo tiempo que abre el debate sobre el lugar asignados a las investigadores y a los científicos sociales en las instancias de discusión y gestión de las políticas de seguridad.
Este libro invita a la construcción de diálogos e intercambios para la planificación e intervención de todos los actores en las diferentes instancias de la política pública, para superar la historia de fracasos compartidos que caracteriza esta problemática social, por un lado de las políticas de seguridad que en sus medidas espasmódicas no solucionan ni previenen los hechos de violencia y de la Academia que no ha logrado que los resultados de sus investigaciones graviten a la hora de sancionar nuevas medidas por parte del estado.
Fuente: http://www.ludicamente.com.ar/revista/ludicamente-n%C2%B0-5-juego-y-deporte-el-cuerpo-como-herramienta-l%C3%BAdica/rese%C3%B1a-del-libro-%E2%80%9Cviolenc
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