La violencia volvió a hacerse presente el fin de semana en un estadio local. A partir de ahí, las opiniones se cruzaron y la pelota volvió a "mancharse". Vale la pena detenerse a analizar las causas, y para ello nuestro diario dialogó con algunos dirigentes.
Pepe Musale, presidente de Huracán, tiene un punto de vista concluyente: "el problema pasa por la droga y el alcohol, y también por toda la delincuencia y violencia que se ve en la sociedad, pero que en la cancha por la masificación se potencia". En las ligas mayores, el dinero que manejan las barras es un asunto central, pero el dirigente afirmó que "acá la plata no camina, no hay negocios ligados a las barras, pero si hay un pseudo fanatismo que termina respondiendo con hechos de violencia, con agresiones a árbitros o a otras hinchadas. Nuestra postura, en estos tres años, ha sido la de jugar sin público visitante, aunque perdamos un poco de recaudación, pero preservamos de ese modo la tranquilidad en la cancha".
Con respecto puntualmente al tema de las drogas, señaló que "no consumen adentro ni venden, porque los controles y revisiones que hace la policía, pero ya vienen habiendo consumido. No hemos registrado casos de venta adentro de la cancha", mientras que como posible solución señala que se aplique la ley del deporte, que los violentos deban presentarse en la comisaría a la hora del partido y estén adentro mientras se juega.
Omar Peralta, presidente de Sportivo Balloffet, señaló que "nosotros tenemos una situación delicada por la ubicación en que estamos, muy cerca de la Isla y el barrio El Sosneado, pero el camino que tomamos es que a los hinchas los hacemos trabajar en el club. Vienen a pintar, a limpiar, y hay entonces una contención por ese lado". Pero sobre la violencia en concreto señaló que "no le podemos echar la culpa a las instituciones, viene de afuera, entonces lo que debemos hacer es trabajar todos para ayudar a los jóvenes a salir de eso, que es una enfermedad".
También, destacó que la realidad de los clubes dista de ser la ideal: "Estamos bastante pobres, hemos tratado de abrir los portones, que vengan a hacer distintas actividades, y veníamos bien hasta el fin de semana, estaban bastante contenidos".
Un camino diferente han tomado en el club Pedal. Sobre los problemas de violencia, Pablo Espuri, su presidente, señaló que "es ante todo una cuestión cultural, el fútbol a nivel nacional se ha tornado muy violento. Va más allá del hincha, pasa por drogas y alcohol, pero también por tomar al partido como el lugar donde desato la ira y la violencia que habita en el interior de cada uno". Esta institución no ha integrado a los hinchas, sino que jamás le dieron participación, ni entradas o rebajas en las mismas. "Pero desde que asumimos hemos mejorado mucho las instalaciones, lo hemos vuelto un club más social, y viendo todo eso, aunque los resultados deportivos no se dieron, han visto que cumplimos lo que prometíamos", concluyó Espuri.
Una cuestión llamativa es que, según señalaron, en el seno de la liga o las reuniones de clubes, no tiene lugar el debate sobre la violencia. "Nunca trabajamos en conjunto, no estamos unidos, y deberíamos", concluyó Peralta, marcando un tema que en la agenda debería estar desde hace mucho.
Fuente: Diario San Rafael
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