A un mes de la interna de Almirante que dejó un muerto, la Justicia condenó a 18 barras a tres años de prisión y les prohibió de por vida volver al estadio del Mirasol.
Un mes. Sólo un mes tardó la Justicia para entregar señales de que se puede pelear en serio contra la violencia en el fútbol cuando hay voluntad de erradicarla. El 6/11/14, una batalla entre las facciones Los de Siempre, La Tierrita, Banda Mostro y Los Dengues de la barra de Almirante Brown, previo al partido con Estudiantes de Buenos Aires, dejó una víctima fatal y cinco heridos de bala, entre ellos un nene de cuatro años.
La Policía arribó cuando los violentos se desconcentraban y atrapó a 31. Todos fueron puestos a disposición del fiscal Carlos Yametti y el juez de Garantías Rubén Ochipinti. Que actuaron rápido: primero denegaron la eximición de prisión a todos hasta ver qué responsabilidad tenían. Después obtuvieron los videos de dos cámaras que había en el lugar: una del club y otra de la división Seguridad Deportiva de la Bonaerense. Y citaron a declarar a los dirigentes, quienes a diferencia de lo que suele suceder, admitieron la existencia de barras, entregaron las fichas de socios de cada detenido con su foto y datos personales, y declararon sin tapujos, a punto tal que el presidente del club, Luis Diosquez, reconoció que el día anterior uno de los barras lo había apretado por teléfono con que algo iba a pasar si la institución no reveía la decisión de negarle otros 70 carnets a su facción.
Con ese material, el fiscal y el juez pusieron manos a la obra. En las imágenes se veían los balazos y a cinco personas armadas.
Pero no podía identificarse qué tiro había provocado la víctima fatal. Entonces, caratularon el caso como homicidio en riña, que tiene pena de dos a seis años de prisión. Y a todos los detenidos que en los videos no estaban con armas, les ofrecieron firmar un juicio abreviado con una condena de tres años de prisión, con lo cual saldrían en libertad condicional, pero con una accesoria existente en la ley del deporte y hasta aquí jamás utilizada: la prohibición a perpetuidad de ir a cualquier estadio donde juegue Almirante Brown.
Sí, sacar para siempre a estos violentos de la cancha. A eso se sumaban cinco años de impedimento para ir a cualquier otro espectáculo deportivo. Y para que no puedan violar la norma, el pacto incluía que antes de cada partido de Brown, debían presentarse en la comisaría de la zona. Era esto o quedar presos hasta el juicio. 18 barras optaron por firmar y no podrán volver jamás al estadio Mirasol. Y cualquier pequeño delito que cometan los mandará a la cárcel, ya que tienen tres años en suspenso. A los que tenían antecedentes y a los que están armados en el video, les propusieron entre cuatro y cinco años a cumplir en prisión y aún no contestaron.
Pero mientras ellos piensan, el fútbol tiene una certeza: se los puede echar de la cancha a los asesinos del tablón. Y lo más importante, se puede hacer que no entren nunca más. Sólo hace falta voluntad.
Fuente: http://www.ole.com.ar
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