Desde hace varios años, los lunes del fútbol argentino se dividen en dos: por un lado, el análisis deportivo; por el otro, el repaso de los hechos de violencia del fin de semana, con el parte de heridos y detenidos pertinente. Esta vez los focos se centran especialmente en Mendoza y en el Bajo Flores, y en segundo plano en Tigre y en Quilmes. Pero se sabe que la ubicación geográfica es azarosa: puede suceder en cualquier lado, porque la violencia en las canchas es una cuestión de todo el país. Y así los clubes van de sanción en sanción: por los incidentes de anteanoche, la AFA decidiría hoy que Godoy Cruz juegue su próximo partido de local a puertas cerradas, en la séptima fecha, ante Independiente, tal como pasó con Central, que ayer debió jugar sin público su encuentro con Temperley.
El masajista recibió asistencia en el estadio. Tras las primeras curaciones, fue trasladado a la clínica Zaldívar, donde se lo intervino quirúrgicamente con éxito. Lo insólito del hecho es que el presidente de Lanús, Alejandro Marón, fue quien debió llevarlo al sanatorio en su auto particular por falta de una ambulancia en el estadio Malvinas Argentinas. Ahora Franco deberá recuperarse en Mendoza, para poder regresar a Buenos Aires entre el jueves y el viernes.El episodio que más conmueve y que muestra derivaciones insólitas es la agresión que sufrió Juan Franco, el masajista de Lanús, que recibió el impacto de un proyectil antes del comienzo del partido en Mendoza. El empleado del club bonaerense debió ser operado por el desprendimiento de córnea en el ojo izquierdo, según informó la entidad bonaerense. Franco resultó afectado al recibir el golpe de un rollo de papel lanzado desde la popular de Godoy Cruz cuando se encontraba cerca del arco que ocupó el guardavalla de Lanús, Fernando Monetti, en el primer tiempo.
El otro foco de atención está en San Lorenzo. El club ya identificó al hincha que ingresó al campo de juego en el clásico ante Huracán para, supuestamente, agredir al DT Néstor Apuzzo y será expulsado como socio del club. Queda por determinar si la entidad recibirá alguna sanción por parte de la AFA.
Sobre Pablo Giménez, el hincha que murió tras caer de una tribuna del Nuevo Gasómetro, el presidente Matías Lammens se refirió a la causa judicial: "Está caratulada como un 'accidente fatal'. Hay algunas versiones que indican que el chico se tiró y estamos teniendo informaciones de que tenía la intención de hacer lo que hizo. Incluso gente que estaba a su alrededor dijo que el chico entregó los lentes antes de que ocurriera esto", dijo. Por su parte, Esteban Otero, el otro herido, atravesaba un "cuadro complicado" por una severa lesión en la columna vertebral, producto colateral de la caída de Giménez. Ante distintas versiones, la dirigencia de San Lorenzo aseguró que la intervención de los médicos de un servicio de salud privado fue "inmediata y correcta".
Resultados y violencia; el fútbol argentino, dividido en dos partes.
Fuente: canchallena.lanacion.com.ar
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